TIERRA DE MOZOS, TIERRA DE LEÓN
LUNA LLENA
24-10-2007.- Después de unos cuantos días de buen tiempo, ayer ha vuelto a llover seguido y con intensidad, dicen que cae un buen agua para que salgan las setas a las que a un lado y al otro de caminos y carreteras perseguirán los seteros. Yo digo que este agua, si después de llover todavía hace calor, será muy buena para los sembrados. Todas las tierras no están aradas y de las sembradas que desde luego son la mayoría, algunas no están nacidas todavía, pero da gusto ver cómo el verde del cereal lleno de rocío, asoma ya en hileras en las tierras pardas de nuestros pueblos.
Los chopos se van poniendo amarillentos, a diferencia de otros árboles como el roble que todavía permanece verde, cuando los menea el viento dejan caer sus hojas, y poco a poco se va cubriendo el suelo de una suave mullida...
M estaba de paseo como casi todas las mañanas, cuando el coche apareció de repente, tan ensimismado estaba mirando a la cuneta de la derecha de la carretera, que dió un salto sorprendido como un niño que cree que le han pillado haciendo algo malo, y salió corriendo asustado hacia el otro lado para después ir caminando con sus botas de agua, aprisa hacia el pueblo sin volver la vista atrás ... Qué pasaría por su mente en ese momento, qué pasará por la mente de personas como él todos los días.
Ahora, desde la ventana, veo una luna llena, blanca, muy redonda, radiante, ¿anunciará heladas?, parece suspendida, colgada para que alumbre, a través del cristal se ve en tres dimensiones, cerca, muy cerca como si se pudiera alcanzar con las manos...
EL SONIDO DE LA LLUVIA
20-11-2007.- Ha llovido toda la tarde de ayer y a lo largo de la noche, hoy amanece ligeramente lluvioso. La neblina está casi posada lo que hace que el día tenga un aspecto tristón, pero es un día del otoño de los que a mí me gustan, atrás han quedado las heladas...
Hoy es martes, en la noche del pasado sábado, cuando regresaba a Mozos, la media luna miraba hacia arriba y las estrellas nítidas brillaban con ligeros destellos, barruntaba helada, y cayó gorda, pero el domingo, como los días de atrás, hizo muy bueno y estuvimos en el monte de la Teja, el efecto de las heladas sobre las hojas, ha sido demoledor, de estar casi verdes, pasaron a secarse y a caerse en solo dos días.
Con la lluvia, las obras se han frenado, los obreros no sabrán qué hacer... Me acuerdo cuando vivíamos en Río Camba, y siendo estudiantes, nos permitían trabajar durante las vacaciones para ganarnos el jornal que nos posibilitaba sacar algún dinero para nuestros gastos del curso; trabajábamos en el monte, y cuando estábamos en “el corte” y se echaba a llover, era estupendo, parar de trabajar, abrigarse y ponerse debajo de algún refugio improvisado, podías oir entonces el sonido de la lluvia al golpear la hoja del roble, oías el sonido de la lluvia al caer sobre todos los árboles del monte y deseabas que no dejara de llover, que ese momento de tranquilidad no se acabara nunca.
La lluvia no dura siempre, por eso los obreros que trabajan en el edificio de enfrente, tal vez no quieran que se acabe para no tener que volver a subir al tejado otra vez...
COGER PARA LOS CONEJOS
02-04-2008.- El tiempo va pasando, hoy con bastante calor y sin el viento de los días anteriores, es un día primaveral, aunque no se vean todavía flores en los árboles, si acaso en los ciruelos que no se helaron los días de atrás. Los prados están llenos de margaritas y claveles que decimos aquí, y la planta de los mejores trigos mide más de quince centímetros, por cierto, el campo presenta un aspecto estupendo, los agricultores han aprovechado para terminar estos días de arar lo que quedaba y se produce un bello contraste entre el verde de los sembrados y el pardo de las tierras recién aradas.
No he podido por menos de parar en el cruce con el camino de Carbajal, cerca del pequeño monte, para escuchar el canto de los pájaros que están inquietos, emparejados, en defensa del territorio o afanados ultimando el nido para la puesta. Me gusta oir a las alondras reclamando en las alturas, oir los mismos cantos de multitud de aves que me trasladan a la infancia, cuando después de la escuela, íbamos todos juntos, niñas y niños zoleta en mano y saco a cuestas, a “coger para los conejos” y vuelvo a tener el mismo sentimiento y vuelvo a percibir el aroma de la hierba verde y la primavera. Me ha inquietado un poco, ver patrullar a una pareja de cigüeñas en medio de los trigos, sus costumbres alimentarias sin duda están cambiando...
La poca nieve que el otro día quedaba en Peñacorada, ha desaparecido del todo, los picos que la rodean sí tienen todavía algo de nieve, la conservan después de que el día 22 cayera una copiosa nevada en la montaña leonesa que según los periódicos “supone millones de euros”. Nos hubiera gustado que las lluvias y las nieves tan anunciadas en los medios, hubieran caído también en nuestra comarca, pero aquí no ha caído ni gota; hasta hace un par de días, el fuerte viento ha sido el único protagonista.
En fin los árboles más adelantados, sauces, algunos chopos... lucen pequeñas hojas y pronto estarán en todo su esplendor, el roble se resiste, parece dormido, es lento, adusto y resistente, tardará un poco más en brotar y florecer.
LA TORRE DE MOZOS
26-11-2008.- Hay nieve en el lado norte de Tomorisco, y están blancos los tejados de los pueblos del Valle del Valderaduey. El frío a pesar del sol, es intenso y la helada ha sido de las mejores; cuando seguimos viendo estos fenómenos tan “como de siempre”, se nos quita un poco el miedo al cambio climático. Peñacorada, pasado ya Valdescapa, se ve muy hermosa, toda blanca en un día muy claro y la torre altanera de Mozos resalta en el paisaje.
DOS BANDADAS DE GUITAS
05-03-2009.- Son las once y veinte y desde primera hora de la mañana nieva con intensidad. La nieve no va a cuajar, pues el sol está haciendo esfuerzos para asomar de vez en cuando. Ayer desde la ventana del despacho, pude ver muchas cosas relacionadas con el cambio que se está produciendo en el clima, no hay más que observar la naturaleza y los fenómenos atmosféricos. Vuelve el frío, el viento y la nieve y todo después del sol y el buen tiempo de los días de atrás.
El campo todavía está en malas condiciones y los sembrados no prestan, parece que se ha labrado con pereza y sin convencimiento, mucho menos que otros años. La bajada de precios del cereal y la subida que han experimentado los abonos, está haciendo mella, algunos agricultores podrían pensar que es casi mejor sembrar menos o no sembrar.
En los días de atrás también pude oler la hierba del campo, es un olor especial, que casi te llena, es como saludable y hermoso, la primera vez que lo hueles se mete en tu memoria y ya nunca se olvida. Pude comprobar por otra parte, como las cigüeñas se vuelven más acosadoras, a falta de alimento en charcas y humedales, se congregan en multitud al lado de los tractores y caminan incansables por la tierra herida en busca de alimento.
El viento al rozar con fuerza en la esquina exterior del edificio, produce dos sonidos diferentes, uno es un quejido prolongado, que va subiendo en intensidad a medida que van apretando las oleadas, el otro es el que podría producir una gran puerta de hierro al cerrarse o al abrirse si los goznes estuvieran oxidados, ninguno de los dos sonidos me produce inquietud, al contrario me tranquilizan y me ayudan a evadirme de las preocupaciones, además me traen recuerdos de tiempos pasados en Mozos, los fríos inviernos cuando de pequeño viví con los abuelos que tanto quise, y aunque fueron tiempos difíciles, sin embargo recordarlo, no me produce ningún desasosiego, al contrario me hace sentir bien.
Los sonidos, los olores, los animales, la naturaleza, nos trasladan siempre a la infancia, la vida se va llenando de recuerdos, recuerdos que están ahí, que se van colocando en fila, ordenadamente, para salir y aparecer a lo largo del tiempo, cuando alguien o algo nos los vuelva a traer.
Ahora, al ver por mi ventana la intensa nevada que está cayendo, al ver la ventisca rabiosa que mueve millones de copos haciéndolos dar vueltas y vueltas antes de que lleguen al suelo, recuerdo también como bufaba el viento ayer, y cómo hacía que las gotas de agua-nieve golpearan violentas y a intervalos por los cambios del viento, contra los cristales.
De regreso, vi dos bandadas de guitas. El avefría es un animal grácil y si se puede decir, resulta graciosa, me gusta contemplarla en sus vuelos cortos, vacilantes arriba y abajo suspendiéndose en el aire, viene a estas tierras buscando más calor que donde suele estar habitualmente, pero no creo que se esperaran este temporal, hoy no encontrarán sitio donde refugiarse, bueno, eso me puede parecer a mí, pero también sé que los animales, mejor que las personas, están preparados para la vida y resuelven bien las emergencias, solo el hombre con su intervencionismo podría cambiar y variar el curso de estas formas ancestrales de vida.
LA TIENDA DE LOS CHUPATELES
12-03-2010.- Hoy también luce el sol, pero persiste el frío y han vuelto las heladas. Los pantanos de León, están más llenos que nunca. También la Laguna de Mozos está a rebosar, lleva así todo el invierno, pero está sucia, porque la escorrentía ha arrastrado tierra de las fincas que están al lado de las eras, tendríamos que hacer algo para evitar que esto sucediera, que el agua de las lluvias que arrastra tierra y lodos, venga a parar a la laguna cuando llueve intempestivamente.
Quiero saber más del pueblo y de sus gentes, me gusta que mi madre me cuente cosas de su vida y de la vida de los que estuvieron aquí antes que nosotros y le hago muchas preguntas escuchando con admiración. Hay que dejarla hablar sin interrumpir, cuando alguien lo hace, me crea cierto malestar, porque todos queremos hablar y sacar los recuerdos, pero yo quiero saber más cosas de antes, esas que guarda mi madre en su memoria, y tengo prisa, el tiempo nunca será suficiente cuando se trata de saber y conocer.
Hoy ha vuelto a la vida, la tía “Moco” y su tienda de chupateles en el Corral de Las Malvas, uno de los sitios peculiares de Mozos lleno de historia y recuerdos. Allí vivió durante muchos años el primo Luis, ahora ya no está con nosotros. Hoy también nos deja Miguel Delibes, el escritor castellano del que conservo algunos libros, los mismos que he leído, siento por él, admiración y respeto, como escritor y como persona comprometida.
LA TARDE SERENA
19-09-2011.- Son las ocho de la tarde, desde la ventana veo como el sol empieza a ocultarse, aunque su destello todavía me obliga a cerrar los ojos alguna vez, a lo lejos los machos de paloma bravía arrullan incesantes, los tordos murmuran reunidos posados en los cables del tendido eléctrico, a veces silban y su sonido retumba en el valle, a lo lejos se oye un tractor y al fondo un gran rebaño de ovejas acorta la distancia con el corral, los sonidos de sus esquilas y cencerras llegan nítidos hasta aquí y se distinguen muy bien en esta tarde en la que reina la quietud. La tarde serena ejerce de altavoz... Anoche en el último pueblo del valle, hubo un grado de temperatura, tal vez menos un grado, porque algunos frutos de las huertas fueron tocados por la helada.
Los tordos no paran y disputan animados por mostrar toda la gama de sonidos que elaboran con sus picos y lenguas, es impresionante su concierto...
UN DÍA OTOÑAL
20-11-2019.- Ha llovido todo el día. Claramente es un día otoñal, cada vez quedan menos hojas en los árboles, humedad y neblina ligera en los huertos, que se posa en el prado, que habita entre los árboles, que se ve siempre al fondo entre las zarzas. Ha mejorado la temperatura después del frio y las heladas de los días pasados. En este ambiente me siento bien y creo que es buena y saludable la soledad en otoño. Es bueno caminar o faenar distraído cuando la lluvia fina cae tan suave y persistente, cuando nada ni nadie te molesta, es bueno escuchar el sonido que producen las gotas de agua cuando chocan contra el suelo, cuando todo está en silencio, cuando solo se oye el murmullo que emana de la lluvia, cuando apenas se interrumpe si el petirojo se desplaza gorjeando para buscar otro refugio en los árboles que hay un poco más allá, sonidos familiares e inconfundibles que traen siempre momentos, vivencias, buenos recuerdos. Entonces, también me gusta estar en compañía de los animales, contemplarlos, ahí se para el tiempo, se quedan adormecidos y en silencio, pensando, rumiando...
LOS CONCIERTOS DEL FIN DE SEMANA
23-05-2010.- El calor del día de hoy ha sido bastante insoportable, hay trabajo pendiente en el huerto y con este calor se hace muy complicado terminarlo. Ahora, dice nuestro amigo Eutiquiano, que sería malo que lloviera pues ya está el trigo espigando y la lluvia no beneficiaría sino que al contrario perjudicaría. Tiene razón, están buenos los trigos y los demás sembrados, el centeno está alto y con la espiga formada, pocos años hemos visto el campo con el verdor y la fuerza de éste.
Este fin de semana he asistido a varios conciertos, el de las palomas cuando arrullan, los gatos parece que siguen enamorados o enfadados, los tordos con sus pases rasantes desde el transformador a los árboles y siempre hablando, los ruiseñores da la impresión de que están en un permanente concurso tan bien como entonan sus apasionadas canciones, de los grillos ya se sabe que cantan durante todo el día aunque algunas veces callen de repente, y las ranas y anfibios ofrecen varios y discontinuos conciertos que pueden resultar muy hermosos también, los corderos balan de cuando en cuando preguntando por la madre o la madre oveja les da ciertos balidos de atención cuando se despistan, y las demás criaturas hacen notar su presencia con ciertas discusiones acaloradas como las de los pardales...
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